Solemnes exêquias que celebrò la santa iglesia Catedral de Valladolid de Michoacán. La mañana del 9. y 10. de mayo de 1810. : Por la alma del Illmô. señor doctor don Marcos Moriana y Zafrilla, su dignissimo obispo

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erimini saltem danda, ratione interpretatus. i Ohi non caeca eXpectatione pendemus in zerti, sed optima speS mentes cogitationeSque sustentat, non tam illum vitana cum mor te, quίm huius lucis usuram cum aeternae plenitudine commutaSSe; atqUe ea nos ratione, Si parentem deploramus eXtinctum, meliorem apud Deum potestate et benevolentia assecuti, non iactUram, sed quaestum fecisse iudicamus. .. i O si ratum hoc, atque firmum tu aeterno iudicio habeas, clementissime Deus t io si vota nostra, quae in te unum spectant, nec aliud possunt habere perfugium, feliciter collocata , tua benignitate

concedas, a

DIXI.

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SERMON FUNEBREQUE EN LAS SOLEMNES EXEQUIASQUE CELEBRO

SU DIGNISIMO OBISPO: PREDICO

EI M. D. Sebastian de Belancouri 3 Leon, Canoniis de la misma Sta. Iglesia, Asociari de primera esFecie deI Seminario Tridentino, 3 Vicario Superintendente deIOlegio de Nisias educandas de Santa Rosa Maria dela referida Cludad.

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nos dabamos reciprocamente es parabien contemplando realigados los votos de to da la Provincia en et Pastor benefico ' a ble que, te habia tocado por fuerte, y hoy nos compadecemὸς viendo prididas 3 a randulces esperangas: ayer esta Iglesia seliet atavi ada consus galas mas ricas entonaba gustosa hymnos de bendicion y de alabanga en et recibimiento de su Esposo, y hoy cubieria de lutos rei tera sin interression los mas tristes lamentos por su ausencia. I Qui miserii, Catolicosi Ni et rάpido curs ' de los rios, ni Ia hojaque se i levan los utentos, ni et momentaneo brillo delyelam pago, ni la sombra que un solo movimiento de Vanece, son avn la. imagen propia de los bienes fugaces de los hombres. Quien to creeria, Sehores Quando asombradosy confusos con las espantosas noticias de la catastrosede la Peninsula; quando inquietos y desp Voridos eonia tempestad formidabie de males y desgracias que

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s Clelq habia extendido sobre nuestras cabegas, reei, bimos despues de la expectacion de . uri largo itempoes aviso inesperado ya de la llegada dei Prelado; nos persuadimos que et Sehor aplacando sus iras comen gaba ά megclarnos en et calig de la tribulacion lasgotas dei consueto. Et arribo de uti Principe tan elogiado por la fama comun fue tenido como et dicho so anuncio de una alegri a cercana, y nos parecto des- de luego; que en ta nube densa y obscura que habia eclipsado et dia, se pintaba ya et Iris que pronostica ba ta serenidad y et sosiego para nosotros. Y quando entro, por sin en ta Capital iquat sue la publica satis saccibn. y complacenciat Aquel trato franco y afab e la dulce paet que i levaba en su frente, la agradabia sincera sonrisa que junia con sus palabras descubrian uneoragon ingenuo y bondadoso, Confirmaron de un Gol-pe nuestros presentimientos favorabies; y quantos e vi mos entonces, nos pro metianaos sin d Udar Un gobicr-

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graciada en que Io recibimos como et consolador de . . nuestros, males, las nobies prendas y Virtudes con Cille arrebato des de luego et coragon de quantos la tralaron,.los iniitiinerabies beneficios que empezaba ά derramar-ya en tota la Provincia, lo habian hecho es auxillo, las esperamas, et amor y delicias de su agradecido re-ban Tanto era, ά la Verdad: mas la muerte inhu

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nos lia privado et Sehor de este Pastor amabie, asies sin duda conveniente ά sus soberanos designios. Ariosotros no nos loca Sino adorarios con et mas profundo respeto, besar la mano que nos hiere, imploraria clemencia dei cieto para la expiacion de padre tanbenefico, y publicar delante de los hombres sus jus tas alabangas. Tal ha Sido et espiritu de la i glesia enla institvclon de estos officios funebres, y tal et que nos lia juntado es pie de estos altares , donde hemos

benido para sacrificar nuestro dolor una VIctIma, uniendo nuestras humildes preces con las dei sacerdote, y transmitir ά la posteridad et buen olor de sus VirtudeS y su nombre, para conseguirle la veneraciony et aprecio. De esta empresa est' encomendado, yaunque confieSo que es m ardua, no temo cumpli in Ia esta Veg, por que los principes que saben gobernar Son acreedores no solamente ά que se les conoeda una merced doblada po. las fatigas de su minis-